sábado, 9 de octubre de 2010

A propósito de los Premios Nobel




          Gran polémica y satisfacción han provocado el otorgamiento de los premios Nobel 2010. En este espacio me referiré específicamente al de literatura, el de la paz y de medicina. 
        El mundo de las letras puede sentirse complacido, ya que uno de sus principales exponentes por fin ha sido reconocido por esta organización: el peruano-español Mario Vargas Llosa. Cuando menos se lo esperaba este autor recibe la noticia de que es honrado con este premio, uniéndose a la lista de los latinoamericanos a los cuáles se les ha considerado en este tenor (No señor Fox, Jorge Luis Borges no forma parte de esta lista).
          Sin duda alguna lo que más polémica ha causado es el premio Nobel de la Paz, ya que le fue otorgado al chino Lui Xiaobo, quien actualmente se encuentra en prisión y todavía estará alrededor de diez años más por sublevarse contra su gobierno. ¡Qué ironía!, mientras que el mundo lo considera un héroe, para su país es un delincuente y todo por defender los derechos humanos. He oído eso de que nadie es profeta en su tierra, pero esto cae en lo ridículo.
         Por último, después de 32 años, han decidido reconocer Robert Edwards como Premio Nobel 2010 de Medicina y Fisiología por sus estudios y avances en la fecundación in vitro. No cabe duda que su aportación ha hecho posible que muchas personas puedan cumplir sus sueños de ser padres (aunque considerando la sobrepoblación es cuestionable el beneficio). Sin embargo, los primeros en saltar fueron los de la iglesia católica, acusándolo de crear vida artificial en contra de la ley de Dios, como si los nacidos bajo este procedimiento no se formaran al igual que todos de un óvulo y un espermatozoide, ¿no será que tienen miedo que al haber más niños haya más padres pederastas?
         Felicidades a los ganadores, que además del reconocimientos mundial se llevan la no despreciable cantidad de 1.4 millones de dolares. Con ese monto, hasta dan ganas de hacer algo extraordinario.

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