lunes, 1 de octubre de 2012

SUEÑOS COLECTIVOS DEL 1 AL 10 Y DE LA A A LA Z




     Como algunos saben y recuerdan, el pasado 24 de agosto se llegó a cabo la presentación de "Sueños Colectivos" en Ciudad, Juárez, Chihuahua. Ahí tuve el honor de ser presentado por el escritor José Juan Aboytia, quien hizo una presentación muy creativa, en donde estableció una dinámica con el público con letras y números, que a continuación le comparto.

Sueños artificiales de Fausto Lozano  

                                                                                    Por: José Juan Aboytia

Números
1. Capítulo Uno.  El marco narrativo está tensado, jóvenes de preparatoria se involucran en un juego de mesa que los rebasa, que no comprenden y trae sus consecuencias. 
2. Dos, dualidad, dicotomía. Bien y mal. Dos seres sobrenaturales que todos conocemos pero que nadie ha visto, un demonio, un ángel.  
3. Tres días son suficientes para lectura de esta obra. No quieres dejarla, pero también te provoca divagar al leer sus páginas. Deseas que no termine pero afortunadamente son poco más de trescientos los folios de Sueños colectivos.      
4. Cuatro “a” tiene el nombre de Amaranta, la bruja anciana que simboliza al juego como un portal. 
5. Cinco elementos del capítulo 5. Crucero Reina Verónica. Origen del tema de la novela. Un personaje en su infancia se relaciona con el juego. Se cierra un ciclo familiar de un protagonista. Aparece una nota periodística.       
6. Párrafo seis de la página 76. Se revela la concepción del juego Sueños colectivos.   
7. Quizá sean los segundos en que los jugadores caen en el sueño profundo y colectivo. 
8. El número de jugadores para Sueños Colectivos.
9. Nueve son los personajes protagonistas de la novela Sara, Jacobo, Marlon, Samuel, Alma, Lucila, Verónica, Eugenio y Águeda.  
10. Las palabras con la que se induce el sueño. Depresiones, familia, socialización, represiones, miedos, emociones, deseos, frustraciones, escuela, pasatiempos.

Letras
A. Aventuras. Esta novela se puede leer como una serie de aventuras que los personajes definitivamente viven.
B. Borrachera. De pronto se puede quedar esa impresión de la resaca, lo de anoche pasó o fue el alcohol. Lo soñé o lo hice. De la impresión o pasamos a la imprecisión.    
C. Creador. En el papel de creador está Águeda, la psicóloga que inventa el juego Sueños colectivos, pero también está Fausto, el creador de esta novela, que recrea otras realidades, entre ellas, Águeda y Sueños colectivos.   
D. Deseos. Los deseos son reveladores, al exponerlos, al decirlos, el otro puede conocernos. Al igual que la frase “cuidado con lo que deseas porque se puede cumplir”. Sueños colectivos los hace realidad.     
E. Experimentar. Sueños colectivos es un experimento de historias, de una de las tesis de qué pasaría si todos soñamos lo mismo. De la experimentación, también del autor, por mezclar subgéneros narrativos, ciencia ficción, relato fantástico, aventuras, etc.       
F. Freud. Sigmund Freud. La psicología mueve esta historia, de manera evidente las teorías de Freud y los sueños se manifiestan en la novela. La literatura también posee esos mundos oníricos, lo imposible, el caos, lo fantástico, permean estas realidades. 
G. Ganar. Se compite para ganar o por el simple hecho de competir. Sueños colectivos es un juego, al final debemos salir avantes. Aquí ganar es también salir con vida.    
H. Hospital. Cuando una fiesta termina en el hospital, es un mal augurio, habría que regresar en el tiempo y definir esa delgada línea entre diversión e infortunio.        
I. Instructivo. Nadie lee los instructivos. Si lo hicieran las cosas serían un tanto aburridas. El Instructivo en esta novela es más bien es una advertencia. Al igual todos nos brincamos lo que nos advierten.  
J. Juego. Creo que muchas cosas inician como un juego o con un juego. Recuerdo el de la botella. El de Verdad o Reto. Y en esa punta o fondo de la botella nos besamos con las que nos gustaban. O en la Verdad confesamos quien nos atraía. Juego. ¿Acaso no reímos cuando estamos enamorados?  
K. Kafka, también pienso en él al recorrer algunas páginas de Lozano, pasadizos, niveles, situaciones, absurdidad, extrañeza.     
L. Lenguaje, el lenguaje de Sueños... está muy cuidado, se agradece la limpieza y dedicación con la que el autor fue trazando este armado de historias. Cada palabra es pertinente. La obra será entretenida para todo lector aventurado, joven o adulto.  
M. Mundos fantásticos aparecen en esta historia, magia, melomanía, mutismo, malabares, marasmo, mirador, maravilla, migala, mutación, mitología, misterio.  
N. Noche. La noche es el pretexto perfecto para reunirse, ya sea una fiesta, una lectura, una novela, una presentación. Con la noche en realidad todo empieza.   
Ñ. Ñaque, en un cuarto de ñaques aparece el juego Sueños colectivos. Consejo, limpiar de vez en cuando los espacios de los cachivaches.
O. Ojo. Esta imagen o símbolo aparece en el tablero, es quien todo lo ve, de quien nada se oculta. Ese ojo como el turno del jugador.     
P. Palabras. Del número diez, algunas palabras, nos remiten a soñar, a imaginar. ¿Qué nos viene a la mente después de escuchar “miedos” o “emociones”?    
Q. ¿Qué exorcizó el autor al proyectar tantos sueños, son de los personajes o son suyos? La escritura expulsa nuestros alucines y pesadillas.   
R. Ruleta, como en todos los juegos el destino lo impone la suerte, una ruleta es el detonador.
S. Sueño. Dicen que es el reflejo de nuestros pensamientos, lo que deseamos, lo que nos preocupa, lo que atesoramos, lo que nos inquieta, lo que queremos.    
T. Tario. La historia me recordó, en su parte inicial, un poco al cuento Entre tus dedos helados de Francisco Tario, el personaje está en un coma de manera física pero internamente viven mundos de ensueño.
U. Una. Calificación como Una excelente obra, esperando el siguiente libro de Fausto Lozano Lara.
V. Vibras. Constantemente los jugadores sienten una extraña vibración. Lo malo es que ignoran el significado de esas vibras.
W. Se las debo, no hay, según yo, ninguna w en la novela.  
X. Equis con mi presentación, mil disculpas.
Y. Yucatán, lugar donde vive el escritor, donde confabula los derroteros de sus personajes.  
Z. Zombis, me faltaron los zombis porque si encontré vampiros y extraterrestres.

jjaboytia 24 agosto de 2012 Ciudad Juárez

martes, 4 de septiembre de 2012

Sincronía del Sueños colectivos.


Sincronía del Sueños colectivos.

Por Hilda Sotelo.
Así como un día se cuela la palabra desfigurada también la figurada tiene su oportunidad. Dice Carl Gustav Jung que en el subconsciente está la alquimia. No importa que tan plagado haya estado el camino de tonterías destructoras, éstas, forman parte del doloroso pasado, aquí la fórmula fue, dejar de amar al sufrimiento, aniquilar la víctima y
trabajar. Lo que lees a continuación es parte de la presentación de la novela Sueños colectivos del autor Fausto Lozano. -Yo al principio me identificaba con Jacobo, de hecho era yo. Pero no, años más tarde creo que soy Marlon, no sé en realidad-. Me dijo Fausto mientras fumaba y disfrutaba un helado de fresa en el consultorio de Agueda que más bien parecía el Starbucks de la Gomez Morín. Jacobo se asomaba tierno, tímido e inseguro gritaba a la distancia tan lejos que ya habían pasado 18 años. Ahora debería observar sus obras, el bastón de antaño lo acompañaba al igual que la mueca sacerdotal. Del contorno de sus mejillas resaltaba la seguridad de mando. No, aquella noche yo no hablaba con Jacobo, el jovencito había quedado plasmado entre las letras de quien sigue las pistas hacia la verdad y el rescate de Sara. Pág. 55 Jacobo abría y cerraba el entrecejo mientras luchaba por no ser descubierto. Pasadas las horas y ante la seguridad de saber que el otro era él mismo, apuró el tiempo. Entregó su confianza a La Gran Red que cedía para acomodarse en el próximo tiraje de Sueños colectivos. Ángel Torres sucistaba los enlaces, el tiempo apremia, decía. Las voces del silencio nos esperan. El olor a tierra de lluvia próxima afirmaba la entrada al todo. Cualidad primordial de un narrador que al observar constante y minucioso el transcurrir del momento obtiene una acaparadora visión, atrapa las imágenes y las pide prestadas al lóbulo derecho, emplea un material moldeable y hábilmente traza una telaraña confesora. Él no es ladrón de psiques, tiene el Don del narrador. Sus inexorables virtudes y futuro prometedor pueden más que cualquier espectáculo de la ilusión. Marlon lo sabe ahora. En Sueños colectivos fueron ocho personajes pero en realidad fuimos todos y todas las combinaciones de números posibles. Dentro y fuera de la trama los amigos de la preparatoria se reúnen, sus dolores, sus deseos, anhelos, conflictos, formas, y sueños son puestos en constante riesgo, juegan. Siguen al niño. Fausto Lozano los ha llevado a recorrer los lúgubres laberintos de la mente y en un juego único, desarrollan escenas duales. El antagonismo es propio de los humanos, los héroes podemos ser cada uno, y en alguna de nuestros planos astrales están sin duda las instrucciones individuales. Los villanos cada vez son menos. El juego Sueños colectivos tiene reglas y éstas deben obedecerse. Al igual que en la literatura. No así en las presentaciones de libros donde ahora carecemos de aburridos análisis y criticas castrantes. Brincamos en aparente torpeza como la locura desenfrenada de nuestro máximo guía Don Quijote. Redundamos en tratamientos seguros para ser ampliamente comprendidos, imitamos irremediablemente a nuestros antecesores y en nuestro tablero reverencial está Borges, Quiroga, Edgar Allan Poe, Carlos Fuentes, entre otros. Y podrían estar también la sobresaturación de espejos mayas, nada de juegos. Al momento de escribir el ambiente se debe tornar serio, disciplinado, metódico. La idea de traducir sueños suele ser descabellada, oscura. Ponerlos a jugar, imponerles reglas, darles claro seguimiento sin artificios, ni costumbres apolilladas de ya casi desaparecidos escritores es agotador. Fausto Lozano lo ha hecho a su estilo y juventud. En Sueños colectivos, la mujer que da a luz siendo anciana queda atrapada en estado de coma, su nombre, Sara. La otra Sara, la que ahora tiene oportunidad de leer se encuentra dormida encima de un escritorio negro, descansa entre las hojas dentro de una carpeta azul, ella llora al regresar y descubrir a sus progenitores. Los Mayas. Sara en tormentosa agonía de saberse encarcelada, abre el lazo de amor que motiva a sus compañeros a regresar una y otra y otra y hasta siete veces y otra al peligroso juego hasta lograr su objetivo, despertar a todas las Saras de la historia. La mujer dormida debe dar a luz, ya es tiempo. Las maldiciones que le fueron impuestas a Agueda, la psicóloga, ya no la alcanzan, la obsesión por la fama y el psicoanálisis Froidiano la absorbió un demonio hechizo, joven pero de cuidado. Los vampiros hicieron lo suyo mientras prometían un castillo. El fuego, la nieve experimental, el agua, los ángeles, el terremoto, las rosas de oro, la muñeca en flor, la que sólo se atreve a ser humana en las otras dimensiones, eximen tanto al narrador como a los personajes de catástrofes reales. Todo inicia en un sueño, sí. Dice Fausto- Los primero capítulos los soñé, después no supe más. Me detuve por un tiempo, ya se trataba de literatura fantástica. Una novela, una historia que contar, por mí, empleando elementos retóricos propios de la fantasía, aunque la ciencia esté a punto de asegurar que entre los sueños y la realidad hay un claro enlace y que los viajes astrales existen para la literatura seguirá siendo ficción. Soy escritor. Las letras es lo mío