martes, 30 de agosto de 2016

Juan Gabriel: "Dime cuando tú vas a volver"



       El domingo que escuché, por primera vez, sobre la muerte de Juan Gabriel, pensé que era un fake o una nota falsa . Uno ya no sabe que es verdad y que es mentira en las redes sociales. Y es que, últimamente, han proliferado esas páginas que tienen el "mal gusto" de matar a los famosos y gente que tienen el mal tino de compartirlo y difundirlo. Sin embargo, poco tiempo después, lo comprobé: Juan Gabriel, "el divo de Juárez", había muerto.
       Las reacciones no se hicieron esperar, tanto en la vida real como en el submundo de lo virtual. Muchos lamentaban y lloraban la muerte de su ídolo, otros manifestaban su respeto ante el "grande" que se había ido, algunos aprovechaban el momento para hacer chistes (la mayoría ya muy usados) y unos pocos manifestaban su enojo por esas reacciones e, incluso, hubo quienes se atrevieron a analizar si merecía homenajes o si era un personaje que trascendió en la cultura. Como diría Juan Gabriel, "pero que necesidad, para que tanto problema, no hay como la libertad de ser, de estar, de ir, de amar, de hacer, de hablar, de andar, así sin penas".
       Lo que se ve no se juzga y basta respirar el ambiente para percibir esa tristeza con una mezcla de celebración para despedirlo como se merece. Juan Gabriel es de esos personajes que nació para trascender. Aquí no se trata si sé es fan o no, en realidad no importa. Todos los mexicanos conocemos alguna de sus canciones, lo sepamos o no. Las cantamos en los karaokes y no hay fiesta o reunión en la que no se escuche alguna de sus composiciones. Es un artista que ha quedado impregnado en nuestra cultura, en nuestro ADN, incluso, más allá de lo popular . Esa es la realidad y no es cuestionable.
       Juan Gabriel tiene una de esas historias que identifican a la mayoría de los ídolos: un origen humilde y un ascenso a la fama intempestivo y glorioso, justo después de haber sufrido muchas peripecias para lograr el éxito. Lo que muchos constataron en la reciente serie "Hasta que te conocí" que retrataba estos aspectos de su vida. Ahí cabe destacar que TV Azteca y sus asociados se sacaron la lotería y ya programaron la repetición. Es justo reconocer, que cualquiera haría lo mismo con ese material en sus manos.
          El momento exacto de la muerte, ayuda mucho a la inmortalidad de los ídolos. Es por muchos sabido que pasó muchos problemas fiscales y  conflictos con su disquera, lo que lo obligó a no grabar durante ocho años. Sin embargo, en los últimos tiempos parecía recuperar el lugar que le correspondía. Aunque sus grandes éxitos son de décadas atrás, se valió de ellos para grabar sus discos de "DUOS"; del cual se desplegaron dos volúmenes y se preparaba el tercero, que seguramente sacarán y se venderán como pan caliente en las tiendas. Ademas, la serie que cuenta su vida, la cual fue supervisada por él mismo, recibió buenas críticas de los expertos y de la audiencia. No se puede decir lo mismo de la de Joan Sebastian, por ejemplo.  
       Estaba en un gran momento. En una cumbre donde se había acomodado placenteramente. Conservaba su público y lograba acaparar la atención de las nuevas generaciones, a través de sus duetos con solistas y grupos pop y regionales. Era un artista con un estilo propio, con una identidad que te hacía reconocerlo sólo con las letras o las melodías. Algo que no podemos decir de muchos cantantes de la actualidad. Todos parecen mucho de lo mismo.  Cualquier voz celebraba tener uno de sus temas. Además de que le dio "chamba" a muchos imitadores.
       Un aspecto relevante de la carrera de Juan Gabriel es que conquistó a todos los públicos. Y la tenía difícil en un México "machista y homofóbico", y todavía peor en sus inicios. Nunca habló con claridad de su orientación sexual, hubiera sido una blasfemia en su momento. Sin embargo, todos asumían su sexualidad y a nadie le importaba. Como debe ser. Era objeto de referencias gays en los chistes populares, pero todos lo escuchaban y hasta asistían a sus conciertos. Otra característica de un ídolo: rompió esquemas.
       Juan Gabriel se deshacía en el escenario. Tenía un gran estilo para bailar. Se caía y se levantaba, literal y metafóricamente. No sé si siempre supo lo que estaba construyendo, o como suele suceder con los grandes, solo lo hacía por la simple pasión de su arte. Pensar que en algún tiempo se consideró "sin dinero, ni nada que dar". Simplemente lo dio todo, como artista y como señalan sus obras altruistas, también como persona. Como no hacerlo si conoció la miseria y salió de ella. Donde quiera que esté ahora, debe estar celebrando que su legado permanecerá, que las luces de su escenario no se apagarán y que estará "siempre en mi mente" y en la mente de cualquier persona que haya disfrutado de sus canciones. Hasta pronto Alberto Aguilera. Adiós Adán Luna. Nos vemos Juan Gabriel.

       
       
               

viernes, 26 de agosto de 2016

IGNOTUM (Quinta entrega)



           Después de los decesos de los empresarios, todo parecía estar en paz, hasta que dos semanas después hubo tres muertes con las mismas características. El rumor es que el virus Ignotum había atacado de nuevo. Artemisa  intentó destruir todo el rastro del mismo, pero ya era demasiado tarde. Se había esparcido.
       El miedo era tal, que muchas personas habían dejado de abrir sus correos electrónicos. Incluso hubo quienes hasta dejaron de usar la computadora. Cualquier cosa electrónica parecía una amenaza y, lo peor de todo, es que no había una estrategia para detenerlo. Los líderes del mundo no tenían idea a lo que se enfrentaban y preferían permanecer ocultos en sus residencias de seguridad.
            Abdiel escuchó la noticia en una televisora local y percibió el caos que se generaba por la reacción de la gente. Le giró la cabeza, con un extraño mareo que lo remontó a sus recuerdos una noche después de la muerte de su padre, cuando tuvo como visitante a Alceo. Aquel hombre oscuro se había presentado sin previo aviso, para dar una advertencia. Sin embargo, Abdiel lo había ignorado.
            “No fue un accidente”, le repitió con insistencia. “Y a eso que llaman virus, no tiene nada que ver con las redes, ni los correos electrónicos. Ningún hacker será capaz de descifrarlo y mucho menos crear un antivirus. Eso que ustedes llaman Ignotum, no es más que una maldición de la más oscura magia”.
            Sin embargo, Abdiel decidió no escucharlo. Lo corrió con terribles amenazas hasta que Alceo desapareció. Le atribuyó su presencia a que había pasado dos noches sin dormir y al dolor por la muerte de Don Gregorio, su padre. No obstante, empezaba a tener sentido esa advertencia.
            Abdiel regresó de sus recuerdos y se sintió sostenido en los brazos de un hombre más alto que él. El hombre lo detuvo cuando perdió el sentido, de lo cual no se había percatado. Agradeció el gesto y se sintió solo en aquella calle traficada y donde se percibía el pánico. Corrió hacía el restaurante más cercano, sin dar explicaciones, entró al baño y se encerró.
            Necesitaba respirar. Necesitaba estar realmente solo. Necesitaba pensar. Tomó en sus manos un poco de agua y se la echó sobre la cara. A través del espejo que lo reflejaba, vio, de nuevo, a aquel hombre. Al que se le había presentado como Alceo. Volteó impresionado y alguien tocó la puerta. Abdiel quiso abrir y huir de ahí, pero la complaciente voz de Alceo, lo detuvo.
– Estoy seguro que ahora me crees – expresó –. Lo que le pasó a esos hombres, es lo mismo que le sucedió a tu padre.
– ¿Qué es lo que está pasando? – cuestionó Abdiel.
– El Ignotum se ha esparcido por las redes – explicó –. Al parecer, al usar el Internet como canal, hizo de alguna manera se comportara como un virus convencional. Lo extraño es que no ataca a cualquiera, solo a un tipo de personas.
– ¿De qué tipo de personas estamos hablando? –.
– Eso es lo que no sabemos aún – dijo con desanimo –, pero estamos seguros que existe un patrón.
El sonido de la puerta fue acompañado por una voz que pedía entrar. Abdiel quería seguir escuchando, pero ya había tardado demasiado tiempo y, nervioso, se dispuso a marcharse.
– ¡Espera! – lo detuvo Alceo –.  Tienes que ayudarme. Sólo tienes que descubrir cuál es ese patrón.
– ¿De esa manera se terminará todo?
– Lo intentaremos, pero sino funciona: vas a tener que morir.







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martes, 23 de agosto de 2016

¿El nuevo canal de "Las estrellas"?



     Mucho se habló del cambio y la renovación de el antes conocido "Canal de las estrellas", que esto no necesariamente significa una nueva Televisa, como algunos imaginaron. La expectativa, sin duda, fue el logro más destacado del lanzamiento de la nueva imagen y de lo que se presumía innovación en los contenidos. El 22 de agosto fue el día anunciado para esta nueva "plataforma" como la llamaron. Quizá sería demasiado prematuro juzgar este intento, pero es suficiente para generar comentarios al respecto.
      Para empezar optaron por quitarle "el canal" y simplemente lo dejaron como "Las estrellas", con un imagotipo arcaico, pasado de moda y por si fuera poco, muy parecido al de Estrella TV, canal de habla hispana en Estados Unidos. Con esto ya las expectativas bajaron. Según esto, esta renovación se viene trabajando desde el 2008. ¿Es lo mejor que pudieron hacer? ¿Ésta es su idea de una imagen del siglo XXI para competir con los contenidos de Internet? ¿De esta forma pretenden llegarle a las nuevas generaciones que tiene otra forma de ver la televisión?
     Es esto sólo es el inicio. También han prometido que las heroínas de sus telenovelas serán mujeres más independientes, que "ya no serán las típicas tontas soñando con el amor". Es curioso, llevo escuchando esto de la voz de las propias protagonistas desde hace varios años y siguen fomentado los estereotipos de la mujer abnegada y sometida al amor de un hombre, totalmente codependiente. Claro, hay excepciones, pero son muy pocas. Ahora, para que quedé clara la intención las protagonistas serán asesinas de hombres o eso es lo que parece con la nueva teleserie "Mujeres de negro", que basado en la campaña de lanzamiento es lo que más promete.
     Lo más irónico, es que para fortalecer sus elencos telenoveleros y lo que ellos llaman series de televisión, se han propuesto contratar a puros actores de su competencia directa, es decir, TV Azteca y retirado el veto a los que se fueron. Ahora resulta que ellos son los protagonistas. Esto no es de extrañarse, porque lo que les falta de popularidad a muchos, les sobra el talento que entre sus propias filas no han podido encontrar. Atrás quedaron esas grandes actrices de telenovela como Leticia Calderón, Edith González, Verónica Castro, que, independientemente de su calidad histriónica que es bastante respetable conocían el género del melodrama. Ahora cualquier jovencita "monona" la ponen de protagonista y luego del fracaso se preguntan porqué. Es absurdo que en un concepto al que autodenominaron "Las estrellas", carezcan tanto de ellas y tengan que salir a buscarlas fuera, cuando antes ellos las creaban. Que bueno que los tiempos han cambiado. 
     En el rubro de los noticieros también hubo cambios. Lo bueno es que se fue Joaquín López Dóriga. No recuerdo si en algún tiempo los respeté como periodista, pero si fue así, hace mucho que no. Definitivamente su estilo es obsoleto y su credibilidad iba en bajada por los tantos errores en su cartera. Algunos dirán "es una institución en el periodismo, ha dejado un legado". No dudo que en más de 30 años de carrera no haya aportado algo al periodismo, pero fue más el "ensalzamiento" que la realidad. Adios Joaquín López Dóriga, aunque no se va del todo, pero en su espacio se queda Denisse Maerker, que con respecto a ella, prefiero esperar un poco más para opinar.
     Lo malo es que se quedó Carlos Loret de Mola, aunque con menos tiempo. Este hombre que se hace llamar periodista, no tiene la vocación como su padre o abuelo. Es simplemente alguien que le gusta salir en la televisión y hará lo que sea por estar en ella y llamar la atención. Mal entrevistador, mal analítico, mal todo. Yo lo dejaría en HOY: Afortunadamente, quien cierra el espacio matutino de noticias es Paola Rojas. Curiosamente, en su mayoría, las noticias en "Las estrellas" las dan las mujeres.
     Y para el final, lo peor; que, sin miedo a equivocarme, fue el Late Night de Arath de la Torre. Le falta mucho mundo, muchas lecturas y talento a este actor para llevar a cabo este formato que es más gringo que el Hotdog. En Televisa tienen la idea de que Arath puede hacer de todo y no. Su participación en La parodía fue buena, pero eso lo coloca como un actor de comedia, para conducir un programa nocturno debes ser Jay Leno, David Letterman, Johnny Carson o Jimmy Fallon y le falta muchas vidas para llegar a ellos.
     Dicen que no es culpa del indio sino del que lo hace compadre. Por ahí, podremos disculpar a Arath al que le hicieron creer que puede con ese formato. Ahora resulta que Televisa es irreverente y ataca a los políticos, al PRI. Con diálogos prefabricados y con la consigna de que conste de que "somos libres, podemos decir lo que sea", muy a la fuerza.  Muy mal Arath en su debur, se ve muy pequeño en todos los sentidos. Si al menos las irreverencias dieran risa, tendría algún sentido, pero ni siquiera eso. El programa fue aburrido, sin ritmo, con chistes predecibles y con entrevistas que no sorprenden. El nombre y la imagen me recuerdan a "Es de noche y ya llegué" con René Franco; que, a decir verdad, es mucho mejor que esto, René Franco, al menos, conoce el lenguaje de este tipo de shows y es una persona con capacidad de entrevistar a cualquiera al ritmo que el formato lo requiere. Pero le apostaron al "caristma" y "simpatía" de Arath, del cual Franco carece. Pudo ser peor, pudo quedarse Adrián Uribe en ese horario.
     Lo que nos queda son puras promesas de cambio, como lo ha habido en muchas ocasiones anteriores y nos siguen recetando lo mismo. Quieren hacer protagonistas más fuertes y siguen refriteando novelas de los ochentas y noventas, quieren llegarle a las nuevas generaciones y su gran apuesta es "La rosa de Guadalupe". No veo mucha novedad, más que en imagen, pero en contenidos parece ser todavía "El cana del las estrellas".
    
     

viernes, 19 de agosto de 2016

IGNOTUM (Cuarta entrega)


Edna se había alejado del grupo después de su deceso. Había preferido refugiarse en una de las casonas abandonadas que conformaban el mundo de los muertos. No había superado su rencor en contra de Artemisa: ya de por sí la odiaba por lo que había hecho su padre, Don Bernardo; sin embargo nunca se imaginó que se convertiría en su asesina.
Su muerte fue casi instantánea. Sabían desde el principio que sólo uno podría completar vivo la misión: Ésa fue Artemisa y para lograrlo tuvo que deshacerse de todos los contrincantes. Edna fue la primera, no estaba de acuerdo con que Artemisa formara parte del grupo y la enfrentó. Artemisa quiso defenderse y la aventó a un río. Para su suerte, su cabeza golpeó con una de las piedras del fondo y no sufrió las consecuencias de un ahogamiento. Su cuerpo fue llevado por el río, ante la mirada de los demás integrantes del grupo.
– Lo tenías que hacer – dijo Abdiel a Artemisa –. Eras tú o ella.
            Artemisa estaba perturbada, sentía culpa y temía los reclamos de sus compañeros, pues, aunque ya sabían las reglas y habían presenciado que sólo se defendió, temía represalias. Edna quiso eliminarla de la contienda ahogándola y le había salido todo lo contrario. Sentía las miradas acusadoras de todos, excepto de Abdiel, quien todavía la amaba a pesar de su acción.
            En realidad, la culpa de Artemisa no se originaba de su reciente asesinato. Venía desde atrás. Todos los días recordaba lo que le dijo su papá, meses atrás, antes de quitarse la vida: “Todo esto ha sido mi culpa” y no mintió.
            Se hablaba de un virus, que se transmitía a través de la Internet. Era sólo cuestión de abrir el correo, esperar la hora asignada y todo parecería un ataque al corazón. Se desconocía su origen y su manera específica de actuar, pero había salido del departamento de informática de la empresa de Don Bernardo y las víctimas habían resultado sus principales rivales en el mercado. Era algo extraño y ningún investigador había podido resolver el misterio, pero era lo único que conectaba a las víctimas. Habían llamado al virus “Ignotum”, por lo extraño de su origen. Lo peor, es que Don Bernardo no tuvo suficiente tiempo para dar explicaciones, prefirió morir cuando todo se había ejecutado.
            Uno de los hombres fallecidos había sido Don Antero Gálvez, quien resultaba ser el padre de Edna. Así mismo entre la lista se encontraba el padre de Abdiel y el padre de cada uno de los otros tres acompañantes en la aventura que habían emprendido.
            Edna culpó desde un principio a Don Bernardo, no tenía bases ante el extraño suceso, pero sabía de la rivalidad de aquel empresario con su padre. No entendía, ni podía explicar cómo había sucedido; pero el repentino suicidio de Don Bernardo la hacía sospechar más y decidió odiar a Artemisa, quien ya desde antes no le agradaba por pretenciosa.
            Para Abdiel había sido diferente. Habia mantenido una relación con Artemisa y se negaba a la culpabilidad de Don Bernardo; hasta la noche siguiente de las muertes, cuando recibió una visita inesperada en su propia habitación. Era un hombre al que nunca había visto; de extrema altura, piel tan clara casi transparente y unos penetrantes ojos azules brillosos. Decía llamarse Alceo. En un principio, Abdiel pensaba que era una alucinación producto del dolor que sentía, pero el hombre se acercó a él, le tocó el hombro y es cuando lo sintió real.
– He venido por ti, Abdiel. Necesito tu ayuda – mencionó Alceo –. Las muertes de tu padre y la de los otros empresarios no ha sido un accidente.



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martes, 16 de agosto de 2016

Mi experiencia "Suicide Squad"



     Muchos habían sido los comentarios que escuché y leí sobre la película "Suicide Squad", la mayoría negativos y no sólo eso, desalentadores; a tal grado de que eliminaron mis ganas de ir al cine y pagar por una cinta que, según las críticas de los expertos y la audiencia no valía la pena ni verla. Sin embargo, encontré observaciones que me animaron a vivir la experiencia. Quiero aclarar que no soy fan de los comics, pero eso no me limita para ser fan de las películas de superhéroes. Para mí, si hay una gran diferencia y esto es cine.
     Así fue que me dispuse a ir al cine. Claro,tenía que ser Cinepolis, no había otra opción. Compré mis palomitas reglamentarias, eso sí, combiné las acarameladas con las de mantequilla, por los sin sabores que pudieran ocurrir en el transcurso del evento. Acudí a mi asiento asignado y junto con mi amigo José Martín nos dispusimos a verla, con cero expectativas. Quizá la manera más sana de apreciar una película, sin prejuicios y sin tomar en cuenta las opiniones de otros. Totalmente libre,
     Entonces empezó la película. Me agarré de mi asiento, tomé en mis manos un poco de palomitas y tomé un sorbo de mi refresco gaseoso. La función ya había comenzado. Empezaron a desfilar personajes y a desarrollarse la trama. Una introducción un poco larga pero efectiva, la cual se cierra con la aparición de la gran actriz Viola Davis. Mi sorpresa es que la cinta me estaba gustando, al parecer la estaba disfrutando. Entonces, ¿qué es lo que tendrá de malo? ¿Por qué tantas críticas?, me preguntaba. Miraba a mi compañero de la aventura y su expresión no me decía nada. Se escuchaban risas en varios momentos de la historia. La gente estaba atenta e interesada.
     "Esto me está gustando", me decía a cada momento. Trataba de buscarle elementos no favorables, pero no se los encontraba, al menos no tan firmes como para criticarlos. Me estaba "tragando" toda la película y sus absurdos, como toda película de superhéroes, estaban dentro de la lógica que la trama había establecido. Esperamos la escena al final de los créditos, muy al estilo de Marvel. Después caminamos fuera de la sala, en silencio. De pronto, José me pregunto ¿te gustó?, yo le repondí: "me encantó" y él muy seguro me respondió "a mí también". El silencio se había roto y el análisis postfunción había comenzado,
     Lo que puedo decir de "Escuadrón suicida" es que me pareció una película muy bien llevada desde el principio. La presentación de los personajes principales fue aderezada por una buena banda sonora y la fuerza interpretativa de Viola Davis cerró esa secuencia magistralmente. El atractivo principal, muy al estilo de "Guardianes de la Galaxia" es ver convertirse a personajes villanos o delincuentes en héroes. Es un hecho que los malos están de moda en las historias.
     El gran personaje de la película es Harley Queen intepretado por Margot Robbie, quien pinta para ser una gran estrella de Hollywood. No me sorprendería ver, en Halloween, a varias chicas y a uno que otro chico, con este atuendo. Harley Queen está bien delineada, sus reacciones están adecuadas en los momentos de la historia en los que se aparece y su mayor virtud, su innegable carisma. Podría asegurar que todos la amaron, lo que no podría decir de Cara Delevingne, que con su interpretación de Enchantress, dejó mucho que desear. Lástima, era un gran personaje.
     Otro de los protagonistas destacados es Will Smith, que como Deadshot me sorprendió. He de confesar que no soy fan de este actor, pero reconozco que logró enamorarme con su interpretación. Siempre he dicho que los personajes deben tener matices y era interesante ver a un asesino a sueldo que daba todo por si hija. Lo sentí real y creí su motivación.
     Del que más se habló previo al estreno fue de Jared Leto como Jocker. Su poca aparición y sus características decepcionaron a muchos. Es un hecho, que está muy fresca la interpretación de Heath Ledger y si le sumamos que se murió y se llevó un Oscar póstumo por este personaje, lo hace casi imposible de borrar de la mente de los fans. Lo inmortal es insuperable. Sin embargo, haciendo a un lado esta comparación innecesaria, porque se trata de dos versiones diferentes del mismo personaje, puedo decir que no explotaron el encanto natural del villano y se quedó en un intento. El Jocker quedó rezagado a personaje secundario, muy dependiente de la historia de Harley Queen. Sus apariciones fueron adecuadas, pero su participación no fue relevante para la resolución del conflicto principal.
    Por mi parte, puedo decir que se me hizo una película entretenida, que cumplió con el género y mantuvo una estructura adecuada del desarrollo. A excepción de que se reúne al grupo de villanos sin un propósito claro, antes que haya un conflicto que resolver. De hecho, parece que está la conformación del grupo, activa el problema que viven en la historia. Pero los ingredientes que aporta, la salva. Hay amor, venganza, perdón, redención, liberación y lo más emocionante: "Ver convertirse a los malos en héroes, convencidos que hacer el bien es lo correcto".

viernes, 12 de agosto de 2016

IGNOTUM (Tercera entrega)



Despierta Artemisa”, fueron las palabras que escuchó una vez que estuvo consciente. Reconoció la voz que la llamaba, pero se le hacía extraño. Era Abdiel, estaba segura, pero no quería despertar y enfrentarlo. Artemisa no tenía idea de donde se encontraba en ese momento.
Quiso aferrarse a la idea que despertaría y que todo sería como antes de que empezara todo, seis meses atrás. Era un día como cualquiera para Artemisa, al menos eso es lo que creía. Se levantó de la cama y se dispuso a vestirse para bajar a desayunar. Esa mañana no tendría que ir a la universidad, era la fecha de exámenes ordinarios y, como era su costumbre, había exentado todas las materias.
Un sonido familiar insistió en su habitación. Se acercó a su celular, intrigada de recibir un mensaje tan temprano, pero no resistió la tentación. Era de Abdiel, quien simplemente le escribía: “¿Ya checaste las noticias?”. Artemisa se preocupó un poco. No era común que su novio le enviara un mensaje de ese tipo y no se contuvo la curiosidad.
Revisó en sus redes sociales. Hacía mucho que no acudía a los diarios o a los medios convencionales para enterarse de lo que sucedía en su mundo: el Internet le ofrecía todo. Una noticia impactante estaba en el muro de casi todos sus contactos, estaba convencida de que era a la que se refería Abdiel. El titular recurrente era: “Cinco de los empresarios más importantes de la ciudad, murieron anoche”.
Lo extraordinario, en realidad, no era que cinco hombres hayan muerto en una noche; sino que todos murieron de un paro cardiaco, al mismo tiempo, pero ubicados cada uno en sus oficinas o residencias. No era común una situación así en una ciudad tan tranquila, tampoco se trataba de un ataque terrorista o asaltos aislados; al parecer las muertes habían sido naturales y estaban confirmadas todas.
Artemisa tuvo una gran impresión. Se terminó de vestir apresuradamente y salió de su habitación. Habitaba en una mansión grande, pero había permanecido ahí sus 20 años de vida y no solía perderse. Buscó a su padre por todos los rincones hasta que lo halló en la biblioteca. Don Bernardo se encontraba abatido, sentado en su escritorio y con la mirada puesta en los periódicos. Al escuchar la puerta, miró a Artemisa. Ella lo notó muy angustiado y con los ojos llorosos. Quiso acercarse, pero él la detuvo.
– Perdóname, hija – suplicó –. Todo esto ha sido mi culpa.
            Dicho esto, Don Bernardo sacó una pistola de su escritorio y, sin que Artemisa pudiese evitarlo, se disparó. La muerte también había llegado a la vida de la joven y no había nada que hacer al respecto. Despertó en su nuevo mundo, en su nueva realidad y miró a Abdiel. La observaba con ternura, no había rencor en él; así que lo abrazó lo más fuerte que pudo.
– ¿Estás bien? – preguntó Artemisa preocupada.
– Ya no tengo que preocuparme por eso – respondió sonriente.
– Yo… no quería… lo siento – intentó disculparse.
– No te preocupes – trató de calmarla –. Ahora lo entiendo todo. La que no está muy contenta es Edna.
– No es de extrañarse – dijo Artemisa con ironía –. Edna nunca está contenta.
            Artemisa se puso de píe y observó el panorama que estaba frente a ella. Era un mundo lleno de sombras, de tonalidades grises y el único sonido que se escuchaba era la brisa al chocar con las edificaciones viejas, pero estables.
– ¿Dónde estamos? – cuestionó Artemisa con cierto miedo.
– En donde teníamos que llegar  – dijo Abdiel mientras le tomaba la mano –. En el mundo de los muertos.

IGNOTUM (Primera entrega)  
IGNOTUM (Segunda entrega)


IGNOTUM (Cuarta entrega)

IGNOTUM (Quinta entrega)

IGNOTUM (Sexta entrega)

IGNOTUM (Séptima entrega)

IGNOTUM (Octava entrega)




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martes, 9 de agosto de 2016

El suspenso en los tiempos de "Stranger Things"



     Hace algunos años cuando Netflix apareció, pocos apostaron a este nuevo modo de ver televisión: el precio de cualquier novedad. Sin embargo, en nuestros días, es referencia obligatoria y, más allá de eso, la "televisora" más importante en Estados Unidos, al menos en lo que a series se refiere. Primero acaparó la atención con "House of card", posteriormente vinieron otras como "Orange is the new black", "Sense 8" y, actualmente, "Stranger things".
     Buscando algo diferente para ver, como muchos, cansado de los contenidos de la televisión abierta y los sistemas de cable; me aventuré a ver esta serie de ocho episodios y que, a mi parecer, prometía mucho. "Stranger things" es una serie ubicada en la década de los 80´s con ese sabor a suspenso y terror muy al estilo de Stephen King y, aderezada, con elementos de las producciones de esa época de Steven Spielberg.
     Los productores de esta serie tuvieron dos grandes aciertos. El primero incluir en su reparto a Winona Ryder; sobre todo porque es icono de esa década y se disfruta verla convertida en una madre preocupada por la desaparición de su hijo. Definitivamente, un personaje muy diferente a los que nos tuvo acostumbrados en su época de esplendor cinematográfico.
     La otra gran aportación es haber ubicado "Stranger things"en un período del tiempo en donde no había tanta tecnología como ahora. No me malentiendan, los que me conocen saben que soy fanático de los avances tecnológicos, sobre todo a lo que a comunicaciones se refiere; sin embargo, reconozco como escritor, que la falta de recursos que la modernidad nos proporciona, hace más interesante la resolución de los conflictos, al complicarla aún más. 
      En un mundo en donde predominan dos realidades, una la que conocemos y otra denominada como una especie de lado oscuro, los mejores métodos que se encuentran para comunicarse son la radio y la electricidad. Los personajes no se detienen con sus limitaciones, las investigaciones ocurren sin la existencia de Internet y registros computarizados. Todo sucede en una atmósfera de misterio, en donde un grupo de niños son los protagonistas y se enfrentan a las adversidades como si se tratara de un juego de rol, cuando era un interesante juego de mesa.
     Poderes mentales, criaturas sobrenaturales, una pandilla de niños "nerds" y una comunidad sometida al terror que desconocen; son otros de los recursos a los que se tiene acceso para contar esta historia. Un mundo que atrapa, que te lleva al universo de "Eso" o de "E.T.", pero te ubica perfectamente en un espacio propio; como si esa historia ya se hubiera hecho treinta años atrás y apenas la estemos descubriendo.
     Para los fanáticos de la serie, que con base en las redes sociales cada vez son más; la buena noticia es que "Stranger things" ha sido renovada para una segunda temporada; la mala noticia es que no se continuará esta historia. Sin embargo, esperamos que conserve este sello y este estilo; ya que a veces es un placer ver el terror  y el suspenso, cuando había más inocencia y como se hacía antes.
      
     

viernes, 5 de agosto de 2016

IGNOTUM (Segunda entrega)


Artemisa abrió los ojos, pero no se atrevía a levantarse. Sentía un miedo profundo a lo desconocido y no podía ver nada ante la oscuridad. Acarició la superficie en donde se encontraba y la sintió suave: eran unas sábanas de seda; las reconoció porque eran las mismas donde dormía cada noche, cuando vivía en su mansión llena de lujos. Sus recuerdos eran muy vagos y la última imagen que registraba su mente era el momento en que abrió el cofre, pero no alcanzó a ver el contenido.
La poca luz que entraba de la ventana, la hizo reconocer algunos objetos de su habitación. Estaba en ella, de una manera extraña había regresado y se sentía sorprendida. Estiró su mano todo lo que pudo, hasta que hubo luz en su habitación, al menos lo que alcanzaba el halo de la lámpara de cristal cortado, que le habían regalado sus padres la última navidad.
Recorrió su cuerpo hasta que pudo sentarse en una de las orillas de la cama. Se colocó las pantuflas y miró su reflejo en el espejo de enfrente. Su cabello, su aspecto en general, habían regresado a la normalidad: era como si nada le hubiese ocurrido. Caminó lentamente para verse con más precisión, mientras reconocía su bata favorita. Artemisa era realmente hermosa y se lo decía a cada momento. No lo podía evitar.
Sus instintos le alertaban sobre una presencia extraña. Se encontraba detrás de ella, estaba segura y temía voltear. La energía era cada vez más fuerte; señal que se aproximaba a ella. Miró alrededor para encontrar algo para defenderse, sin tener éxito. Preguntó tres veces la identidad de aquella persona, pero no obtuvo respuesta. Temía verlo a los ojos, pero no tenía opción.
Era un hombre más alto de lo normal. Artemisa calculó que se acercaba a los dos metros. Era muy blanco, parecía cerca de los cincuenta y carecía de cabello. Vestía una gabardina negra que le cubría todo el cuerpo; sin embargo, lo que más le llamó la atención, fue el color de sus ojos: un tono azul claro, tan profundo que brillaba. Se armó de valor y lo enfrentó.
–  Si no sale en este momento, gritaré – advirtió.
El hombre solamente sonrió y, con desfachatez, se sentó sobre la cama para mirar de frente a Artemisa. No parecía asustado por las amenazas, ni siquiera preocupado. Daba la impresión que tenía todo bajo control y así era.
    – Puedes hacerlo, pero de nada servirá – indicó –. Esto sucedió hace tres meses. La noche antes de partir a “la misión”. Mi nombre es Alceo, por cierto,
        Alceo le estiró la mano y Artemisa la tomó como cortesía. No podía negar su confusión, pero algo en aquel hombre le daba tranquilidad y confianza, como si lo conociese de mucho tiempo atrás.
      – Lo lograste Artemisa – celebró –. Nunca tuve duda que tú eras la elegida.
      – Si lo logré, ¿por qué he regresado? – cuestionó.
            Alceo se carcajeó estrepitosamente, mientras Artemisa lo veía algo ofendida por la burla. Cuando logró calmarse, se disculpó. La diplomacia no era algo que se le diera a Alceo.
     – No has regresado, estás en el punto en donde deberías estar – explicó –. El tiempo es cosa de los mortales y tú ya no perteneces a ellos. En el tiempo real, mañana despertarás y lo único que recordarás es una necesidad irracional de acompañarlos a la misión. Lo demás vendrá a tu mente cuando lo hayas logrado.
Artemisa cerró los ojos y de nuevo despertó en su habitación. Estaba en el momento antes de partir a la misión y como le dijo Alceo no recordaba nada. Se apresuró a prepararse, empacó lo que pudo dejando a un lado los lujos por lo práctico y corrió hasta el muelle.
El grupo estaba reunido como habían acordado. Abdiel se alegró al verla, suponiendo que iba a despedirse de ellos, aunque se haya manifestado en contra de “la misión”. Sin embargo, al darse cuenta que llevaba consigo equipaje y provisiones, adivinó con asombro sus intenciones.
     – Voy con ustedes – dijo Artemisa con determinación –, y no hay nada que pueda evitarlo. 


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Libro Sueños colectivos


martes, 2 de agosto de 2016

Quiero vivir en DOWNTON ABBEY



     Desde hace algunos días me he dado el gusto de disfrutar esta maravillosa serie inglesa. Ya sé que, de hecho,  terminó en el 2015 después de seis exitosas temporadas; sin embargo, a veces las cosas llegan a uno en el momento más oportuno. No pretendo hacer una reseña ni crítica del programa, sé que he llegado tarde para ello y existen muchas muy buenas que exaltan las virtudes de la serie; simplemente quiero destacar los valores que para mí fueron fundamentales y una gran aportación de la historia.
     Quiero vivir en Downton Abbey porque ahí existe el honor sobre todo. El amor verdadero es real y el poder es para servir al pueblo y no a sus propios intereses. Las personas se dicen las cosas a la cara y no se andan con hipocresías. La mentira es considerada de mal gusto y es mejor una verdad sin ser crueles, que una mentira que se prolongue y destruya. Los conflictos son reales y no resultado de sentimentalismo ni malas interpretaciones de los demás: son tragedias que no se pueden evitar y que reúnen a todos con el objetivo de superarla o resolverla; sin que factores externos intervengan o afecten. Es un lugar donde la palabra de la gente se respeta y es suficiente para establecer una promesa. Las diferencias entre las personas, se resuelven o se toleran, pero se puede vivir en paz con ello. Saben hasta que punto confiar en cada persona y se ahorran casi siempre los rencores.
     Quiero vivir en Downton Abbey porque, aunque las clases sociales existen y están bien marcadas, el respeto al valor de cada persona es sagrado. Cada quien asume su posición con orgullo y ejecuta sus responsabilidades con pasión. Los aristócratas tratan con dignidad a sus empleados, los aprecian, se preocupan por ellos y tratan de ayudarlos siempre, porque son parte de su familia. Un gran ejemplo para esa falsa burguesía que se cree mejor que todos y no lo es en casi nada. 
    Es un lugar donde las jerarquías se respetan, pero no sólo de abajo hacia arriba. Los patrones también consideran las decisiones de sus empleados que tienen personal a cargo y los dejan libres de manejarlos según su criterio. Son informados oportunamente de lo que ocurre en la casa y que, invariablemente, les afecta. Los sirvientes tienen sus propias vidas, pero saben que parte de su trabajo es estar pendiente de lo que sucede en la familia y su opinión es tomada siempre en cuenta. Tienen limitaciones en sus objetivos, pero aceptan su realidad con regocijo y no frustran sus sueños, los crean a partir de sus posibilidades.
     Quiero vivir en Downton Abbey sin importar que rol me toque interpretar, porque aunque existen los prejuicios, también hay gente que trata de derrocarlos y de vivir sin ellos. No es un mundo perfecto; sin embargo, hasta la tercera temporada que he visto, la gente es feliz, a pesar de las adversidades, y sin importar las acciones de los demás. Sé que es un lugar de ficción y es difícil encontrar un sitio así  en estos tiempo, pero sé que muchos ya piensan así y muy pronto construiremos nuestro propio Downton Abbey.