martes, 17 de marzo de 2015

No se reprime la "libertad de expresión" en el "despido" de Aristegui.



           El caso de Carmen Aristegui y sus respectivas reacciones tanto con manifestaciones motivadas por la misma periodista o a través de las redes sociales; no es más que el reflejo de una fuerte tendencia de los mexicanos por crear y adorar a los "mártires" y de un país dolido que ya no sabe ni por donde sangrar. Ahora sí, no importa quien la hizo, sino quien la va a pagar.
            
          Es evidente que, a través de los años, nuestra cultura nacional se ha ido impregnando con esa sensación de que cualquier acción de las autoridades es una injusticia. No importa qué, no importa quién, no importa cuándo: la culpa siempre es de las autoridades y de sus abusos contra los "débiles" ciudadanos que hacen "bien" las cosas y sólo "defienden" sus derechos. No digo que esta creencia sea de a gratis; el gobierno y los altos mandos han "trabajado" mucho para desarrollar esta ideología colectiva; pero para nuestra suerte no siempre es así, y no lo es en el caso de Carmen Aristegui y sus colaboradores, al menos con los datos que se han dado a conocer tanto de su parte como por parte de MVS.

        "No existe una restricción a la libertad de expresión en este caso en particular". Ya se había escuchado desde antes que Carmen Aristegui se sentía dueña de la empresa o por lo menos actuaba como tal; siempre buscando que se cumpla su voluntad, amparada por sus seguidores, que sin importar qué, la apoyarían a ciegas. Cabe aclarar que no idolatro a esta periodista, pero la respeto como tal. No la idolatro, como no idolatro a nadie, porque cuando se cae en eso es cuando se idealiza y se ciega a la realidad. La clave para que todo esto funcione a favor de Aristegui es la desinformación que desgraciadamente adolece en la mayoría de los mexicanos; pero eso sí salen disparados a la lucha apenas alguien da el disparo de salida, cuando se ha cometido una supuesta injusticia.

          Me atrevo a asegurar, por la tendencia histórica de los mexicanos, que la gran mayoría que ataca y motiva a la destrucción de MVS, ni siquiera está bien enterados del caso, pero defienden a la periodista, porque alguien les dijo que es un "estandarte" de la libertad de expresión en el país, pero que ni siquiera han escuchado sus emisiones. Hubo quienes hasta la proponían de presidenta. Esto es de lo más ridículo que he leído en años. Independientemente de que si es buena o no como periodista, ¿qué conocimiento tendrá acerca de gobernar un país? ¿Qué sabrá de economía? ¿de política exterior? Ser presidente no es solamente hablar y atacar detrás de un micrófono, se necesita tener una preparación, para políticos que sólo hablan ya tenemos suficientes.

        Es sabido para todos que las empresas tienen políticas y reglamentos y que si son violados habrá consecuencias. Esto fue lo que pasó. Los reporteros Daniel Lizárraga e Irving Huerta, colabores de Aristegui, utilizaron el nombre de la empresa sin consultar a la misma. Esto es inadmisible y por eso fueron despedidos. Creo que Carmen Aristegui no estaba en posición de exigir que se le tome en cuenta para informarle sobre este despido, cuando ella no considero a MVS para informarle sobre sus vínculos con "México Leaks", para lo cual usó la marca de MVS sin autorización. No puede hablar de represión a su libertad de expresión cuando a través de los micrófonos de la misma empresa lanzó un ultimátum a MVS de reinstalar a sus colaboradores con la amenaza de renunciar. Díganme, ¿qué empresa de la magnitud de la radiodifusora permitiría esas "advertencias" de sus empleados? En mi opinión, MVS hizo lo correcto al no aceptar las condiciones y prescindir de los servicios de la periodista (no fue un despido como tal).

          Se habla, sin pruebas, que todo este asunto es porque estos reporteros fueron los que destaparon el caso de la "casa blanca" de la primera dama y otros casos donde pusieron de manifiesto la corrupción del país.Carmen Aristegui dice que en vez de despedirlos deberían premiarlos. Al respecto tengo dos comentarios:

1.-  El hecho de haber logrado algo merecedor de reconocimiento no le da derecho a nadie de cometer errores sin ser castigados. En efecto, gran trabajo periodístico de Lizárraga y Huerta, pero esto no los libera de la falta cometida contra la empresa. ¿Acaso si le salvo la vida a alguien, por eso acto tengo derecho a robar mañana y ser perdonado?

2.- ¿Por qué hasta ahora son despedidos? ¿Qué pasó con los demás miembros del equipo que participaron en esta investigación? ¿Por qué no los despidieron también? La razón es porque los nombres vinculados a esta alianza con "México Leaks" eran los de los reporteros mencionados. Si es una represalia por esta acción, la empresa y el presidente fueron lo suficientemente pacientes e inteligentes para buscar una razón de peso y ejecutar su "malévolo plan". Además, ¿no que el asunto de "la casa blanca" era una cortina del humo para el caso de Ayotzinapa? ¿Y esta cortina de humo de qué será? 

         Sin embargo, no se preocupen fans de Aristegui. Me atrevo a asegura que el "despido" era parte de su plan. No hay víctimas en esto. Carmen Aristegui ha demostrado que es una buena estratega para capitalizar a su conveniencia estos "escándalos" que ella misma propicia. Al rato, la veremos o escucharemos en otro medio y con más seguidores, y otros beneficios. No es la única periodista del país, ni la dueña de la verdad como por ahí se ha manifestado; ni su trabajo representa que México será un país mejor. Hay muchos periodistas, que al igual que ella, hacen su trabajo con responsabilidad y que tienen mayor credibilidad que ella, pero claro no hay escándalos que los amparen y los hagan populares.

        Quiero aclarar que no estoy atacando a Carmen Aristegui, ni defendiendo al gobierno; ese es otro asunto que no compete. Simplemente, basado en la información que ha sido difundida de manera oficial y con pruebas, pongo las cartas sobre la mesa. Lo demás son conjeturas. Si se demuestra esta injusticia, ya cambiaré de opinión. Sin embargo, no se vale manipular una situación por intereses personales, aprovechándose de las heridas de los mexicanos, que ya han sido demasiado dañados. Informémonos antes de emitir juicios y pelear luchas que no nos corresponden. Esto es un problema laboral, no un ataque a la libertad de expresión; al menos eso es lo que demuestran las pruebas hasta el momento. Hay cosas más importantes por las que luchar y hacer de México un país mejor. Empecemos por cambiar nosotros mismos.

             

           

          


1 comentario:

  1. No estoy de acuerdo contigo sin embargo lo respeto, esto es mucho mas que Aristegui, es gobernar a través de los medios y aquel que desentone pues siempre habra un pretexto para cerrarlo, se necesitan espacios diferentes que precisamente provoquen a las personas a discernir su entorno y decidir su participación en la toma de decisiones al lado de sus autoridades, cuidado es un muy mal ejemplo de tolerancia y de querer generar la confianza que el mismo gobierno ha reconocido le falta

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