viernes, 29 de julio de 2016

IGNOTUM (Primera entrega)


Artemisa pasó suavemente sus manos sobre la cubierta. Ahí esperó unos cuantos segundos hincada, sin creer que lo había logrado. Había luchado tanto por alcanzar su objetivo casi imposible, que se tallaba los ojos continuamente para cerciorarse de que no se trataba de una alucinación por el cansancio.
        Atrás quedaron muchas travesías, compañeros de viaje y un sinfín de aventuras en exóticos escenarios. Había traicionado, mentido, asesinado y sobre todo había abandonado a Abdiel, pero ya nada de eso importaba; porque solamente una puerta la separaba de su anhelado tesoro.
       Alzó la cubierta de metal y miró en el interior. Era una cueva subterránea, la cual carecía de escaleras. Lo único que la ayudaría a descender eran las lianas que pendían de la superficie y, con la esperanza de que la sostuvieran, se arriesgó a bajar. Desconocía la profundidad a la que llegaría y la oscuridad del sitio le impedía ver el final de su recorrido, pero su ambición por el poder era más fuerte que cualquier miedo. Se sujetó fuertemente de la liana y sostuvo sus pies en las paredes. Se impulsó suavemente, recorrió  sus manos para descender y repitió la acción una y otra vez, hasta que ya no vio más la superficie.
         Sentía que sus manos estaban llenas de ampollas después de casi una hora de bajar, pero ni el dolor la detenía. Las imágenes del inicio de su viaje la fortalecían. Recordó con coraje cuando todos la tacharon de loca por acompañar al grupo a la aventura. Nadie creyó en ella, ni siquiera Abdiel, quien decía amarla tanto. Aseguraban que sería primera en desertar, ya que estaba acostumbrada a las comodidades e intuían que su débil cuerpo no le permitiría realizar las proezas necesarias para llegar hasta el final.
          Sin embargo, Artemisa estaba ahí, mientras que los demás fueron cayendo uno a uno en el camino. Ya no era más la mujer de los elegantes vestidos y fragancias extranjeras. Ahora sus ropas estaban rotas y cubiertas de lodo; los zapatos carecían de la estética que acostumbraba, ya que eran unas simples botas de obrero y su cabello hacía mucho que había perdido su sedosidad y brillo; así como el tinte castaño, dejando ver su color negro original. No obstante, conservaba la magia en sus ojos violeta y, su delicada piel blanca, no había sufrido daño por el sol. Artemisa era hermosa, pero su belleza había sido su condena.
        La liana llegó a su final y estiró los pies, pero no sintió la consistencia del piso. Mientras su cuerpo pendía de su soporte, decidió arriesgarse y dejarse caer. Ya no tenía nada que perder y prefería morir que fallar.
         No se hizo daño al caer, apenas fue un metro el que la separaba del piso y pudo flexionar las rodillas. Se levantó con facilidad y caminó hacia el único punto iluminado en el sitio. A unos metros de ella, estaba el tan anhelado cofre que contenía la posesión más deseada.
          Aquel cofre emitía un brillo intenso que guiaba los pasos de Artemisa. Llegó hasta ella y su pequeño tamaño le permitió tomarlo entre sus manos. Nerviosa, sacó una llave del bolsillo de su pantalón y la insertó en la cerradura del objeto. Giró con habilidad y cuando terminó, el recipiente se abrió. Artemisa miró con emoción el contenido y después cayó muerta.

IGNOTUM (Segunda entrega)
IGNOTUM (Tercera entrega)
IGNOTUM (Cuarta entrega)
IGNOTUM (Quinta entrega)
IGNTOUM (Sexta entrega)
IGNOTUM (Séptima entrega)
IGNOTUM (Octava entrega)

martes, 26 de julio de 2016

La polémica del Pokémon GO


       Mucho se ha dicho desde la aparición de Pokémon Go en el mundo. Todos los días leo y escucho en los medios de comunicación información relacionada con el juego de realidad aumentada; un término que se ha hecho tan familiar y que, antes de este lanzamiento, muchos no habíamos escuchado. Lo cierto es que la mayoría de los comentarios van en contra de esta aplicación.
       Es común encontrar notas periodísticas que reseñen que si asaltaron a adolescentes por acudir a un centro Pokémon, que si una mujer provocó una carambola por querer atrapar a Pikachu, jugadores que invaden propiedad privada o sagrada o, simplemente, de usuarios que chocan con un poste o árbol mientras cazan.Sin embargo, esto ya sucedía. Continuos reportes de colisiones por hablar o mensajear por celulares, jóvenes aturdidos en sus redes sociales mientras andan y asaltos, o cosas peores, por acudir a citas a ciegas pactadas por Internet. Nada de esto es nuevo y sería injusto culpar al videojuego.
      Definitivamente, esto pone en realce la falta de prudencia de varios jugadores, que se solucionaría con tener más cuidado y tomar las preocupaciones debidas. Por ejemplo, si vives en Bosnia sería una locura entrar a las zonas minadas, incluso si estuviera el más poderoso de estos personajes esperándote. Y claro, respetar aquellas zonas que no están al alcance público o que tienen un fin mas allá de ser un escenario para el juego.
      En mi opinión, estamos ante la "revolución" de los videojuegos. Para mí, Pokémon GO representa la oportunidad de "sacar" a los gamers a la calle, a observar su realidad y a generar una verdadera convivencia con sus aliados o adversarios. Lo ideal sería que lo hicieran sin sus smartphones, pero es lo mejor que podemos pedir en esta era donde los adolescentes, jóvenes e incluso algunos adultos, viven su vida a través de la red. Además, desde el punto de vista publicitario, representa una gran ventaja. Ya veo en el futuro que un restaurante o cafetería pague por ser una Pokeparada o Gimnasio, de esta manera atraería a los jugadores a su sitio.
      Ya se han anunciado mejoras al juego y la posibilidad de desarrollar mayor interacción. Esto va para largo y no solamente en el mundo de Pokémon GO, que ya ha superado en búsquedas en google hasta la misma pornografía. Esto para muchos puedo representar una ventaja, mientras que para otros una preocupación. Así que les aviso a los detractores, que pronto veremos versiones de juegos clásicos y unos no tanto, con este esquema de "realidad aumentada".
       Yo me uno a la euforia del Pokémon GO. No fui fanático de la serie, pero si lo soy ahora del juego. Hasta donde he leído no hay límites de edad para divertirse y para mí, es muy divertido ir a cazar, visitar lugares diferentes cada vez y obtener el mayor número de especies. A los opositores les digo que se relajen y que sean felices de la manera que lo deseen, porque esto continuará por mucho tiempo y hacer corajes es malo para la salud. Para los aficionados, el mensaje es que se diviertan con responsabilidad y tomando medidas de seguridad, para que hagan de su experiencia Pokémon GO, la mejor de todas.
       

martes, 19 de julio de 2016

"Buscando a Dory", más expectativas que realidad.

 
     Desde que se anunció que la película animada "Buscando a Nemo" tendría una especie de secuela o spin off centrado en el personaje de Dory, se creó mucha expectativa; ya que como personaje secundario había gustado mucho al público de todas las edades. Es así, que a a partir, de ese éxito, surgió la idea de hacer "Buscando a Dory".
     He de confesar que no tenía muchas expectativas. En mi opinión, las películas más recientes de Pixar se me han hecho muy simples, sin las emociones profundas de las primeras. Además, Dory fue creada para ser un personaje secundario y, generalmente, es difícil desarrollarlo en una trama como protagonista. Sin embargo, fui con toda la actitud de disfrutar la historia.
     Puedo decir con seguridad que "Buscando a Dory" es una película entretenida, buena para pasar un rato agradable y nada más. La historia inicia en un flashback para plantear el origen de la pez cirujano azul, para después cruzar ambas historias y determinarla en un tiempo preciso. La anécdota: Dory quiere reencontrarse con sus padres que olvidó, debido al síndrome de pérdida de memoria a corto plazo que padece.
     El uso del flash back fue excesivo y en varias ocasiones rompían la tensión establecida y aportaban poca o nula información para que la trama avance. Además, los saturaron de elementos sentimentales que cayeron en lo chantajista para conmover a la audiencia. Demasiados diálogos repetitivos de superación personal para la protagonistas con el lema: "Tú puedes", y eso hasta el final. 
     El personaje de Nemo totalmente deslucido, reducido a ser el encargado de recodarle en todo momento a Marlin, que por su culpa Dory se había ido. Además, el mal carácter del padre cayó en un exceso. Los chistes sobre la condición de Dory, es decir, sus olvidos, ya los habíamos visto en la primera parte y no causó risa en la audiencia.
    El personaje más rescatable fue el pulpo Hank, aunque tenía más superpoderes que Spiderman y por momentos se hacia absurdo. Además de que nunca nos explicaron el transfondo del personaje. Lo mismo pasó con varios de los personajes secundarios nuevos, como la tiburón ballena, que nunca entendimos como es que conocía a Dory, claro esforzándonos podíamos suponerlo, pero no debería ser así.
    Así transcurrió toda la película. Un abuso de los chistes de personajes con discapacidades y demasiados diálogos en donde se decía lo mismo una y otra vez. Llena de falsos suspensos, acciones absurdas, que anunciaban un final que parecía no llegar y que después de tanto esperar se resuelve de la forma más sencilla; al que se llega  con las emociones desgastadas y un poco desesperado. 
     Quizá en una perspectiva de un niño sea una muy buena película, pero Pixar nos tenía acostumbrado a algo más, nos transportaba, nos hacía sentir sin importar la edad, pero por desgracia no fue el caso de "Buscando a Dory". Sólo espero que no hagan una película que se llame "Buscando a Marlin", porque es un personaje tan desagradable, que estoy seguro que nadie lo buscará.